Quiero predicar con denuedo

Pastor: Isaú Orellana

Al final del evangelio de Lucas existe un pasaje popular para predicadores. Es el relato de los dos discípulos en el camino a Emaús el domingo después de la crucifixión (Luc. 24:13-35).

Ellos están muy desanimados porque Jesús ya está muerto y no hay esperanza para la nueva fe. Justo un forastero se une a los dos. Este señor sabía bien el Antiguo Testamento y les explicaba desde allí acerca de la resurrección del Mesías.

Los dos se sentían muy emocionados. Finalmente al llegar a Emaús los dos invitaron al forastero para quedarse con ellos. Mientras estaban sentados alrededor de la mesa para comer, el forastero tomó el pan, lo repartió y lo bendijo. ¡Qué milagro! ¡Es Jesús mismo!

¿Cómo se predica este incidente con poder? El problema es que hay diferentes maneras de interpretarlo. ¿Cuál es correcto?

A. Predicar sobre la presencia del Señor en la Cena

Las acciones del forastero son muy parecidas a las de la Cena del Señor, cuando Jesús “tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos” (Luc. 22:19). También encontramos la idea de partir el pan en la iglesia primitiva, “El primer día de la semana nos reunimos para partir el pan” (Hech. 20:7 cp. Hech. 2:42; 1 Cor. 10:16).

Entonces el predicador puede concluir que el incidente muestra la revelación de Jesús por medio la Cena del Señor. Cuando un creyente toma este sacramento, Cristo está presente en una manera personal en su vida.

El problema con esta interpretación es que la comida en Emaús era sólo una comida no más. No era como la pascua que Jesús utilizó para la primera Cena (Luc. 22: 7-22) tampoco como el sacramento en la iglesia en Corinto (1 Cor. 10: 17-34).

B. Predicar sobre la presencia del Señor en la vida cotidiana

En las comidas de los tiempos bíblicos la gente no usaba cubiertos. Tomaban la comida de la olla común por medio de un pan delgado y duro que servía como cuchara. Tomar pan, bendecirlo, y repartirlo era lo normal en el inicio de cada comida.

En este evento tan común, Cristo reveló su presencia. Era una ilustración de la promesa del Cristo resucitado, “les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mat. 28:20). El pasaje muestra que en la cotidianidad Cristo está con el creyente, nunca va a dejarlo sólo (cp. Heb. 13:5).

Pero el problema con esta interpretación es que el pasaje contiene mucha más información sobre la resurrección (Luc. 24: 24-27). Los dos regresaron a Jerusalén no simplemente para anunciar que la presencia del Señor está en la cotidianidad.

C. Predicar sobre la realidad de la resurrección de Cristo

Cuando se ve el contexto de la narración se nota la confusión en la mente de los discípulos sobre la resurrección: “a los discípulos el relato les pareció una tontería, así que no les creyeron.” (Luc. 24:11). El resultado del relato fue que los dos volvieron a prisa a Jerusalén para decir a los demás, “¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado.” (Luc. 24:34). El siguiente evento era otro parecido, con el resucitado Jesús comiendo con los discípulos (Luc. 24:42,43).

El relato del camino a Emaús está en el evangelio para convencer a los lectores de la resurrección. El incidente muestra la conexión con el Antiguo Testamento (Luc. 24:27) y formaba parte de la base para lo cual los primeros cristianos anunciaban la resurrección: “Pablo les anunciaba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección.” (Hech. 17:18 cp. Hech. 2: 31-32; 4:33; 10:40-41; 13:30-31).

Tiene una implicación importante para los predicadores hoy. El mensaje de este pasaje no es simplemente de la presencia de Cristo en la Cena del Señor, ni en la cotidianidad.

El pasaje está para convencer a cada lector y oyente de la realidad de la resurrección. Esta creencia se veía en el impacto impresionante de la predicación de la iglesia primitiva, “con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos.” (Hech. 4:33).

Si el predicador reduce este mensaje, está el peligro de reducir la abundancia de la gracia de Dios. Cuando él lo anuncia, ya está el poder de Dios.

APRENDIENDO A SERVIR

Pastor: Isaú Orellana
Jueves, 23 de abril de 2009


INTRODUCCIÓN: Bienvenidos y bienvenidas al segundo seminario para líderes. Para el personal de la Escuela de Desarrollo y Entrenamiento Ministerial (EDEM), es un honor contar con su presencia. Su participación en este segundo seminario es muestra del interés que usted tiene de aprender.

En el primer seminario impartido el 19 de marzo, fuimos desafiados por el Rev. Emilio Fuentes con el tema: “Instruidos para Enseñar”. Este seminario fue orientado a padres y madres de familia, como también al liderazgo de la iglesia. Creemos que todos los que asistimos fuimos poderosamente retados a comprometernos con la enseñanza en nuestros hogares y en la iglesia.

Ahora participaremos en el segundo seminario con el tema: “Aprendiendo a Servir”, impartido por el pastor Isaú Orellana.

Objetivos:

1. Que todos los participantes descubramos lo que significa ser un verdadero siervo cristiano.
2. Que aprendamos ciertos principios prácticos con el propósito de servir a Dios, a mis semejantes, a la comunidad y la iglesia local.

A. ¿Qué es aprender?

Este es un verbo que asociamos con la primera parte de nuestra vida; parece propio de la infancia y de la juventud. Aprender supone la idea de «recibir o asimilar conocimientos». Pero para nosotros denota también la apertura fundamental ante la realidad; la búsqueda siempre inacabada de la verdad; la capacidad de sacar la enseñanza de un hecho o de una persona; el deber y el derecho de encontrar nuevos y mejores modos de pensar, hablar y obrar; la necesidad y conveniencia de integrar lo ya conocido con lo que se va conociendo.

Dejar de aprender es suspender la vida, es clausurar el mundo, es declararse ausente, es como morir de mala muerte. Al contrario, quien sabe aprender, aprende a servir. Aprendemos para la vida, no para el momento.

Está demostrado bíblicamente que la persona que aprende algo nuevo cada día, “será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”. (Salmo 1:3)

Preguntas para el diálogo:

1. ¿Cómo eliges lo que quieres aprender?
2. ¿A quién buscas una vez hecha esa elección?
3. ¿Quién juzgas que es «digno de aprenderle»?
4. ¿De quién aprendes más fácilmente?
5. ¿A dónde vas, si quieres aprender sobre algo?
6. ¿Por qué crees que hay cosas que se aprenden más fácilmente o mejor que otras?
7. ¿Qué crees que has aprendido en tu vida?
8. ¿Qué haces para no olvidar algo que has aprendido y que consideras importante?
9. ¿Para qué crees que se debe aprender?
10. ¿Consideras que hay cosas que todos deberíamos aprender por igual?
11. Hoy, ¿qué quisieras aprender?
12. ¿Te parece que existan cosas «ya aprendidas» en ti, es decir, como innatas?

B. ¿Qué es Servir?

Jesús es el maestro que nos enseña a servir. El cristiano no se puede conformar con servir a su manera o dar el tiempo que le sobra. El cristiano es discípulo de Cristo, obediente EN TODO a su Padre. Su vida es todo servicio porque es todo amor. El reina sirviendo. Juan 5:30; Lucas 17:10

El servicio no es esclavitud porque quien ama es feliz de poder servir. El cristiano sirve con alegría. Sirviendo ejercemos nuestra identidad más profunda. Somos hijos de Dios, imagen de su amor. Al servir ejercemos creativamente todos los dones y habilidades que Dios nos dio. Construimos el reino de amor.

Jesús vivió 30 años de vida anónima en Nazaret como carpintero. Así nos enseñó que los trabajos de la vida diaria, aun los más pequeños, hechos con amor esmerado, tienen un valor inmenso en los ojos de Dios.

Jesús no vino para ser servido sino para servir. El lavó los pies a sus discípulos, lo cual era un servicio reservado para los esclavos más humildes. Si somos sus discípulos debemos imitarle.
Aprendemos a servir contemplando la vida de Jesús y escuchándolo en la oración. No se trata solo de orar a nuestra manera sino de escuchar a Dios. Cuando oramos solemos hablar demasiado y escuchar poco porque estamos centrados en nuestra propia agenda y queremos que Dios la realice. Entonces el trabajo se convierte en activismo sin frutos duraderos porque no está guiado por Dios.

Marta, la hermana de Lázaro, quería servir al Señor pero no entendía que primero debía escucharle sentada a sus pies.

Veamos lo que le respondió el Señor: Lucas 10:41-42

El más grande es el que más sirve (y el que más escucha). Jesús sabía que él era Dios: "sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía," Juan 13:3.

Sin embargo, sirve haciendo el trabajo más humilde: "se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó...." Juan 13:4

Servir no se trata de impresionar sino de amar. No se trata de activismo sino de ser dócil a la voluntad de Dios.

Los Apóstoles camino a Jerusalén todavía no sabían escuchar. Así es el corazón del hombre sin la gracia. Busca puestos importantes. No entiende que todo puesto es solo en función de servicio según la voluntad de Dios.

Veamos lo que nos enseña Marcos 10:32-45:

Servir es una forma de ser antes de convertirse en actividad. El servidor primero aprende a amar. Si ama a su Señor amará también servirle. El servicio desinteresado fluye del corazón que ama. Servimos porque SOMOS servidores. Tenemos el corazón bien dispuesto por la escucha obediente al Señor. Ocurre cuando el corazón se asemeja al de Jesús en el amor. Esta es la obra del Espíritu Santo.

El amor y el servicio requieren disciplina para ejercer dominio de sí y usar las energías en obediencia a Cristo. Solo así crecen las virtudes. Igual que un instrumento roto tiene poco uso, el hombre roto por el pecado sirve poco porque tiene poca virtud. La mala salud no es obstáculo para ser servidor. Jesús pide a cada uno un servicio perfectamente ajustado a su estado de vida y sus capacidades. Un paralítico sirve tremendamente a la Iglesia ofreciendo su vida en oración. Es el pecado el que nos rompe por dentro. La buena noticia es que Jesús vino a "repararnos", para que todos podamos amar y servir.

C. ¿Cómo demostramos lo que somos?

1. Sirviéndonos unos a otros en Amor (Gálatas 5:13).

a. Debemos ser siervos. Diakoneo: Significa ser “siervo, asistente, servir, atender, ministrar”. Significa “ministrar a alguien”.

b. Debemos servirnos unos a otros (Gálatas 5:14). Cuando nos convertimos en cristianos recibimos una nueva vida que es eterna y con ese gran regalo se nos dio el potencial para olvidarnos de nosotros mismos y experimentar el regocijo de servir a otros. Eso es lo que nuestro Señor quiso decir en Mateo 16:25.

El cristianismo equivale a relacionarse. Primero, se requiere entablar una relación personal con Jesucristo. Segundo, fomentar buenas relaciones humanas con los demás. Esto nos lleva al tercer concepto.

c. Debemos servirnos unos a otros en amor. Veamos lo que nos enseña Jesucristo en Mateo 22:36-40.

d. Evaluando mi grado de servicio. Todos los cristianos debemos detenernos periódicamente para reflexionar en lo siguiente.
• ¿Hasta qué grado estoy sirviendo a otros en amor?
• ¿Hasta qué punto están los otros sirviéndome a mí sin que yo les sirva?
• ¿Hasta qué grado mi familia inmediata me sirve sin que yo les sirva?

D. ¿Cuál es la verdadera prueba del Servicio?

Servir a otros en amor puede ser emocionante, satisfactorio y divertido. Pero hay ocasiones en que es muy doloroso. Veamos lo que dice el Apóstol Pablo en Gálatas 6:1:

1. ¿Cuál debe ser la actitud de un cristiano hacia otro que ha caído y es sorprendido en pecado o está atrapado en él? Restaurar, no condenar. Esta debe ser nuestra meta e interés principal.

• Ejemplo: La mujer adúltera (Juan 8:3-11)
¿Dónde estaba el hombre que pecó con la mujer? ¿Por qué no lo trajeron? Él también era culpable de violar la ley Mosaica.

2. Proceso de restauración. En Gálatas 6:1 encontramos tres aspectos a considerar cuando tratamos de restaurar a una persona que ha caído en pecado.

• Ustedes que son Espirituales. Restaurar a un hermano es responsabilidad de los cristianos que tienen una vida íntegra.

• Restauradle con Espíritu de Mansedumbre. Esta es la clave para comunicarse con una persona, sin importar la gravedad del pecado cometido.

• Considerándote a Ti Mismo. Cuando tratemos de restaurar a un hermano o hermana descarriados, debemos tener mucho cuidado para no caer nosotros mismos. Esto es lo que hace esta responsabilidad tan grande.

Para Recordar: No olvide que la tentación más peligrosa es el orgullo. Cada vez que tratemos de seguir este proceso, seremos tentados a tener un concepto más alto de nosotros mismos (Romanos 12:3). Vea lo que advierte Pablo en Gálatas 6:3.

E. ¿Qué somos?

1. Somos siervos de Todos (Gálatas 6:10).

• Ejemplo: un Restaurante.

2. Somos siervos Líderes (Lucas 22:24-27).

• Siervos Líderes en la Iglesia (1 Pedro 5:2-3).
• Siervos Líderes en el Hogar (Ef. 5:25; Col. 3:21; Ef. 6:4).

3. Somos Siervos Maestros. ¿Cómo debe actuar un maestro cristiano ante quienes están en desacuerdo en él?

• Didaktikos: “Apto para enseñar” (1 Tim. 3:2)
• Desechar las cuestiones necias e insensatas (2 Tim. 2:23)
• No debe ser contencioso (2 Tim. 2:24-25)
• No discutir las falsas doctrinas (Tito 3:9)
• No enredarse en discusiones que reflejan motivos y actitudes inmaduros (2 Tim. 2:22).

Lo opuesto a las pasiones juveniles que pablo quería que Timoteo siguiera es:

a. Rectitud en lugar de injusticia.
b. Fe en lugar de intelectualismo.
c. Amor en vez de ira, resentimiento y amargura.
d. Buscar la paz en lugar de crear disensiones.

• Amable para con Todos (1 Tes. 2:7) eepio/ se traduce tierno.
• Sufrido. Es decir que no “guarda rencor”.
• Corrige con Mansedumbre (2 Tim. 2:25).
• Apto para aprender. “Estar abierto para ser enseñado por otros”.

CONCLUSIÓN:

• Debo aprender a Servir y así descubriré la grandeza de mi Ser.
• Aprendiendo a Dar descubriré que Ofreciendo, Recibo.
• Debo aprender que Contribuyendo a que los demás Sean, yo logro Ser.

"…Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos". (Marcos 9:34).

• “El que vive para servir, sirve para vivir”.
• “El que sirve, sirve. El que no sirve, no sirve”.
• “Entramos para aprender, salimos para servir”.

¿Qué pasa cuando las murallas caen?

Pastor: Isaú Orellana
Domingo, 12 de abril de 2009


En nuestras vidas pueden existir murallas que impidan el progreso o el éxito como personas. Son obstáculos que se levantaron en un momento en la cual no existía, ó eran murallas que ya existían y que ahora nos la hemos encontrado. Dependiendo qué clase de muralla estamos enfrentando, así será el esfuerzo para poder sobrepasarla. Las Murallas existen para lo siguiente: dividir y separar territorio o propiedad, e impedir el acceso al otro lado. Muchos no han podido ver la bendición en sus vidas porque hay una pared amurallada que detiene el acceso triunfal a una mejor posesión, bendición, visión y posición, y todo concerniente a las cosas de Dios. Las murallas en la biblia, son señal de fortaleza que rodea algo de valor. Job tenía un cerco que le rodeaba que impedía que el mismo diablo pudiese penetrar o tan siquiera acercarse a él. Una muralla es una protección de algo o alguien.

En Josué 6:1 leemos que dice: Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. Había una protección que rodeaba la ciudad que Dios había dado al pueblo de Israel. Dios sabía que esta ciudad estaba amurallada y que su entrada así como su salida era imposible ante los ojos del pueblo. Tú te preguntarás: ¿Como puede Dios entregarnos algo que se hace difícil conquistarlo? La respuesta siempre se halla en la soberanía y confianza a Dios que puede convertir lo difícil, en lo fácil; lo imposible, en lo posible y lo otorgado, en lo conquistado. Amados, van a ver veces que nuestras bendiciones van a estar rodeadas de muros y murallas que permitirán ser probados para ver si nuestra fe descansa en la palabra ya dicha y hablada por Dios. Mateo17:20 nos dice que si tuviéramos fe como un grano de mostaza, diríamos a este monte: pásate de aquí y allá, se pasará. Dios requiere de nosotros una fe en su palabra que hará posible que las murallas de tu vida se caigan.

¿Que muralla tienes tú que impide u obstaculiza tu bendición? Tal vez tengas murallas de alguna adicción, o murallas del temor y duda de lo desconocido, o tal vez tu muralla sea la crítica, baja autoestima, complejo, incapacidades, sentirte insuficiente, etc. Muchas de estas son grandes enemigos de la fe cristiana y produce desánimo en muchas vidas. Para lograr adquirir la bendición, hay que considerar varios puntos:

A. Consagración

El requisito para derribar las murallas y conquistar la bendición es la consagración a Dios por completo sin comprometer su palabra. En Josué 6:18 nos dice lo siguiente: “Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis”. Este viene siendo uno de los primeros pasos a seguir si queremos ver la bendición y ser libres de opresión. Hay muchos que viven una vida que no agrada a Dios, recibiendo lo del anatema (maldición) para luego querer derribar o tumbar las murallas que están de frente. Amado, esto no puede ser. Dios dio claras instrucciones para el pueblo, para ti y para mí.


B. Clamar

Un vez que el pueblo comprendió lo que se demandaba de ellos, comenzaron a actuar en fe cuando todos comenzaron a gritar, (Josué 6:10). El grito aquí puede significar, lloro, llanto, gemir, pedir, acudir o cualquier cosa que sea para que Dios escuche nuestras peticiones y rogativas que le hacemos. En la biblia hubieron ocasiones en la cual ciegos gritaron a Jesús y él se detuvo (Mateo 29-34). Porque el que no pude ver hacia a donde va necesita acudir a alguien aluien le pueda ayudar.

C. Esperar el momento

En la biblia, la bocina es señal de iniciar la guerra e ir en pos de nuestros enemigos. Cuando los líderes (Sacerdotes) tocaron las bocinas, esto era la señal para que el pueblo se uniera y se preparara el avivamiento. Las bendiciones del pueblo cristiano se detienen cuando los líderes no están en posición para tocar o sonar la bocina de victoria. La responsabilidad del atalaya según la biblia es estar pendiente por el pueblo y sonar la bocina o trompeta en momento de batalla. (Ezequiel 33:1-7).

D. Armarse de valentía

Una vez que se oiga el ruido de aquello que nos garantiza el momento de entrar en acción, solo resta ahora tener y adquirir la valentía para derrumbar las murallas que por mucho tiempo estuvo deteniendo tu bendición. La biblia dice que no hemos recibido un espíritu de cobardía sino uno de dominio propio. En Hebreos 11:33-34: que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. El pueblo escuchó el sonido de la bocina que anunciaba el tiempo de Dios de recibir lo prometido y actuaron por fe aunque todo se veía imposible.

Conclusión:

Amado amigo y Hermano, cuando las murallas se caen, estamos listos para experimentar la bendición total de Dios. ¿Cual es la muralla que detiene tu bendición? ¡Somete todas las cosas en las manos de Dios y escucharás el sonido de victoria!

Proverbios 5:18-19

Proverbios 5:18-19
Por. Rev. Samuel González


El pasaje sobre el que reflexionaremos hoy, lo envía el reverendo Isau Orellana, pastor de muchos años en Guatemala, su mail dice: Hno. Samuel, que la paz de Dios more en su corazón hoy y siempre. Le expreso agradecimiento a Dios y a usted por las excelentes reflexiones que a diario envía a través de la internet, mismas que sin duda han bendecido a miles de personas. La vez pasada le conté que se las comparto al liderazgo de la iglesia y a la vez ellos las imprimen y las comparten entre los miembros de las células que tienen a su cargo. Aquí le envío uno de mis pasajes favoritos para que lo incluya en una de sus reflexiones: Proverbios 5:18-19. Nuestras muestra de respeto y oraciones para ese siervo de Dios.

"Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre".

Definitivamente la sociedad moderna ha decidido declarar el matrimonio y todas las relaciones que conlleva fuera de lugar, mientras escribo esto el presidente de los Estados Unidos está nombrando al cargo de Juez, a un hombre defensor del aborto, y que está en contra de que se ore en el nombre de Jesús públicamente. La institución familiar afronta ataques espirituales como nunca antes, provenientes de mismo infierno. La abolición jurídica de la familia, la libre unión matrimonial, la educación no centrada en el hogar, la fecundación en manos de científicos inescrupulosos, el divorcio como opción, las familias uniparentales, el cambio de la familia con un sistema patriarcal de gobierno, a un sistema industrial extendido, el feminismo exasperado, no solo en el mundo secular sino también ya en la teología, la explotación económica de las mujeres, los matrimonios disfuncionales, el conflicto actual sobre los géneros, la explosión sexual de la civilización actual, ha hecho que estemos viviendo en una época de crecientes y sistemáticos ataques contra la familia. El nuevo concepto “Diversidad familiar” le ha dicho a la sociedad que es tiempo de adoptar un nuevo concepto de familia, que se adapte mas a los tiempos. El origen de todos estos cambios esencialmente es que tanto los sociólogos, como psicólogos, hombres de ciencia en general, creen y enseñan, que es la sociedad la encargada de establecer las reglas, por las que se va a guiar la humanidad, como las sociedades son cambiantes, no solo debido al tiempo sino también producto de las diferentes culturas locales, no existen entonces valores absolutos, se predica que todo valor moral esta limitado a la cultura y al tiempo, y que cambian según el modo de ver de la sociedad. Para el cristiano no hay más ética que la ética bíblica, la cual defiende el matrimonio heterosexual y único. Sea la cultura que sea, en la época que haya vivido, no hay mas que un patrón dado por Dios.”La Biblia”.

El versículo de la introducción nos está presentando la única forma existente y posible, para escapar de los lazos de la mujer extraña; “Un puro amor matrimonial”. El intercambio de caricias en la intimidad connubial. Los éxtasis y raptos de amor placentero en la pareja cristiana casada, no solo no son pecados, sino que es la más fuerte salvaguarda contra la infidelidad. La prohibición de casarse es un dispositivo de Satán; cualquier cosa que tienda a degradar o a mancillar la unión sin duda tiene la marca del tentador. Es en nuestro peligro que invadimos el misterio santo del matrimonio, o lo arrastramos lejos de la alcoba y las regulaciones divinas, el matrimonio es como el rocío de la mañana que refleja la luz de Dios. El votar en contra del matrimonio, incluso la broma y la tomadura de pelo juguetona que muchas veces el tema ocasiona, es doloroso, inadecuado e incluso ofensivo. Estamos mal cuando sonreímos ante la absorción mutua y los cariños tiernos de la gente joven debidamente casada; debemos mejor rogar que su amor pueda crecer más absorbente y tierno cada día. Es llamativo que la expresión del texto “Satisfagan”, literalmente dice:”intoxiquen” Yo diría a las novias y a los novios: Magnifiquen el significado de esta unión sagrada; intenten entender su simbolismo divino. Trabajen diligentemente para mantener su pasión, pura, ardiente y fuerte. Recuerden que el amor necesita seriedad, humildad, sacrificio propio, La floración puede desaparecer fácilmente por la negligencia o la holgazanería. Muchos maridos trabajan bien poco para hacer que su cuidado asiduo y cariñoso se manifieste a sus esposas a medida que pasan los años. Las esposas necesitan más para brillar a los ojos de sus maridos, y para conservar su admiración apasionada y caballerosa, que lo que Ud hizo cuando la enamoro. Si uno adopta una actitud hedonista y vive para acumular sensaciones placenteras, debe cambiar incesantemente para mantener cierto nivel de excitación, ya que la sensibilidad se embota gradualmente. Esta actitud lleva a confundir el amor personal que pide de por sí estabilidad y firmeza- con la mera pasión, que presenta una condición efímera.


Los Cinco Venenos mata parejas

Pastor: Isaú Orellana
Iglesia de Dios E. C. Nueva Unción


Hay muchos motivos para que una pareja entre en crisis, pero sólo la buena voluntad y la paciencia ayudan a superar los traspiés. Existen cinco “venenos– mata –parejas” de los que hasta las relaciones más estables deben cuidarse: la rutina, los celos, las mentiras, la saturación y la incomunicación.

La rutina podría ser un veneno mortal: los horarios, el cuidado de los hijos, los compromisos laborales y familiares, todo contribuye a mecanizar el día a día. Por eso, el antídoto para ese veneno es encontrar un espacio propio de la pareja, “divertirse de a dos”, como dice la médica psiquiatra Graciela Moreschi, sin que “la responsabilidad invada los espacios de esparcimiento”, según publicó la revista Para tí.

Los celos enfermizos también son un poderoso veneno. Moreschi explica que es enfermizo cuando la persona “intenta inmovilizar al otro, controlarlo”. ¿El antídoto? La confianza, no sólo en la persona celada, sino del celoso en sí mismo: “cuando uno se olvida que fue elegido por el otro, es cuando aparecen los celos”, explica a la revista.

Las mentiras son la contra cara de los celos. “Si uno descubre que el otro miente, se instala y corroe el vínculo de tal manera que lo puede destruir irremediablemente”, analiza Moreschi. Además la mentira es sinónimo de que “faltan otros recursos en la pareja”, y finalmente se vuelve un búmeran para el que miente. Antídoto, según Moreschi: “Uno debería preguntarse qué quiero obtener o qué no me animo a perder” por medio de la mentira.

De la mano de la rutina aparece la saturación, es decir, el veneno que hace a las personas “esquivas a la dedicación indispensable para solidificar una relación de amor”, como señala Graciela Faiman, psicoanalista consultada por la revista. El mejor antídoto para este veneno es buscar los momentos de intimidad entre la pareja, sin trabajo ni familia de por medio, para “tener comprensión frente a las necesidades o dificultades del otro”.

Pero la clave sin duda es no perder la sana costumbre de comunicarse, aunque más no sea “estar ahí”. Según Faiman, la incomunicación es “el origen de todos los errores” porque cuando una pareja pierde la capacidad del diálogo o de simplemente intercambiar miradas cómplices. Por su parte, atribuye la incomunicación al querer evitar peleas, algo que puede devenir en la infidelidad. El antídoto infalible es el diálogo constante y fluido.