La Inteligencia Espiritual

Introducción:
Hay algo más profundo que nuestra mente; algo más allá del afecto y la emoción; algo más poderoso que la voluntad y es la existencia del espíritu en nuestro interior. Tú debes saber que posees un espíritu que tiene su propia mente y sus leyes. La mente es la parte dirigente del espíritu, la cual revela la personalidad de los espirituales.

1. Dice Colosenses 1:9,10 “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”.

2. Hay algo más profundo que nuestra mente; algo más allá del afecto y la emoción; algo más poderoso que la voluntad y es la existencia del espíritu en nuestro interior. Tú debes saber que posees un espíritu que tiene su propia mente y sus leyes. La mente es la parte dirigente del espíritu, la cual revela la personalidad de los espirituales.

3. El apóstol Pablo nos habla de la inteligencia espiritual. Observa que la inteligencia espiritual tiene que ver con la sabiduría y el conocimiento de Dios y esto es un asunto de la mente espiritual. Efesios 1:17,18 nos dice que la sabiduría y el conocimiento alumbran los ojos de nuestro entendimiento. Fíjate que el entendimiento tiene ojos y el espíritu tiene inteligencia.

4. ¿Qué es la inteligencia espiritual? Es la facultad de conocer las cosas espirituales, de captarlas, de formarlas, de acomodarlas y de comprenderlas. Un cristiano Inteligente es una persona sabia, dotada e instruida. Pablo le dice a los corintios en 1 Corintios 3:1 que él “no pudo hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo” ¿Por qué? Porque aquellos bendecidos no habían alcanzado la inteligencia espiritual.

5. Los carnalongos de las iglesias son aquellos niños que se pasan en celos, contiendas, y disensiones entre ellos mismos. En un ambiente así; no entra la inteligencia espiritual, no se da, no funciona, no existe. El que es inteligente espiritual se sale de eso. La carne no es el ambiente de un inteligente espiritual. Pablo dice en 1 Corintios 2:15 que el espiritual juzga todas las cosas, ¿Qué juzga? Que ese ambiente de chismes, críticas, insatisfacciones y murmuraciones no edifica.

6. La inteligencia espiritual es la facultad que te da el Espíritu Santo para que tu mente espiritual comprenda a Dios y las cosas de Dios.

7. ¿Qué es comprender? Es percibir mentalmente. Pablo dice en 1 Corintios 2:12 que “…nosotros hemos recibido el Espíritu que proviene de Dios; para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. Si tú no sabes lo que Dios te ha concedido; no eres un inteligente espiritual. El profeta Amós dice “Mi pueblo fue destruido, porque le falto conocimiento o inteligencia espiritual”.

8. 2 Timoteo 1:7 dice que “Dios…nos ha dado espíritu de poder, de amor y de dominio propio”. Esto es inteligencia espiritual. Saber lo que tengo en Cristo y lo que El me ha dado. El cristiano que posee la inteligencia espiritual jamás vive vacíos espirituales; porque está lleno del pleno conocimiento de la palabra de Dios. Un cristiano con inteligencia espiritual no es un niño fluctuante en la doctrina de la palabra de gracia. Un inteligente espiritual no es como la ola del mar que va y viene y nunca se detiene. El es firme, objetivo y estable.

9. El que tiene inteligencia espiritual; entiende la palabra; interpreta la palabra; percibe la palabra y conoce la palabra de Dios. Jesús dijo en Juan 6:63 “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. ¿En dónde se desarrolla la inteligencia espiritual? En la palabra. La palabra es la que sustenta tu inteligencia espiritual.

10. Pastor…¿Y cómo obtengo inteligencia espiritual? Pablo dice en Romanos 8:5 “…Que los que son del Espíritu, piensan en las cosas del Espíritu” y en Filipenses 4:8 dice “…Y en esto es pensad…en todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre…”. Esto es inteligencia espiritual.

11. Conforme a lo que tú piensas; así vives. Pastor…¿Y cómo hago yo para hacer morir las obras de la carne? Romanos 8:13 dice “….mas si por el espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. Esto es inteligencia espiritual.

12. Hay tres cosas que posee la inteligencia espiritual y son: La intuición espiritual, comunión espiritual y conciencia espiritual. El espíritu posee estas tres funciones. El espíritu no son estas tres cosas; pero tiene esas tres capacidades. Nuestro espíritu no es material; existe independientemente a nuestro cuerpo.

13. Por medio de la intuición tú espíritu detecta las cosas espirituales. Pablo dice en 1 Corintios 2:14 que “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios”; no las detecta, ¿Por qué? Porque no es espiritual. La intuición es la que te ayuda a distinguir lo espiritual de lo almático. La intuición es la que te ayuda a desarrollar el sentido espiritual del sentido físico de las cosas. Por ejemplo: ¿Cómo intuyes espiritualmente un ayuno físico? Lo intuyes conociendo el significado espiritual del ayuno, ¿Cuál es? Si ayuno físico es no comer; ayuno espiritual es no pecar. Eso es intuición espiritual. La intuición es la que expresa el pensamiento, el significado y la revelación espiritual de una cosa.

14. Pastor…¿Y que de la comunión? Tú sabes que por medio del cuerpo es que nos comunicamos con el mundo material. Pero con el mundo espiritual nos comunicamos a través del espíritu. No puede existir comunicación entre dos naturalezas diferentes. Hablamos de comunión entre cosas de un mismo género, idioma, y naturaleza. ¿Por qué tú no puedes hablar con una hormiga? Porque no eres de su misma naturaleza. No puede haber comunión con la hormiga. ¿Para que Pablo dijo en 1 Corintios 6:17 “El que se une al Señor, un espíritu es con él”? Para que existiera la comunión entre Dios y tú y tú y Dios.

15. ¿Y que de la conciencia espiritual? Conciencia significa con uno mismo. Hay dos cosas que trabajan juntas: La conducta y la conciencia. La conciencia es el testimonio dado de la propia conducta. La conciencia es la facultad de llegar a saber aquello que está dispuesto para gobernar nuestras vidas. La conciencia es aquel proceso de pensamiento que distingue lo que considera moralmente bueno o malo, alabando lo bueno, condenando lo malo, y así impulsando a hacer lo bueno, y a evitar lo malo.

16. La conciencia es la que te reprueba el pecado y te aprueba la santidad y la justicia de las cosas. ¿Quién es aquel que posee una inteligencia espiritual? Es aquel que renuncia a lo oculto y vergonzoso. Que su conciencia no le presenta reproche alguno. Que no hace nada que lo ponga bajo reprensión. Pablo dijo en Hechos 23:1 “Yo con toda buena conciencia me he comportado delante de Dios hasta el día de hoy”. ¿Para que sirve la inteligencia espiritual? Dice Colosenses 1:10 “Para que andéis llevando fruto en toda buena obra”.

Por sus Frutos Los Conocerán

Pastor: Isaú Orellana
Domingo, 14 de junio de 2009
No. 3 – 2009

Introducción:
Jesús nos dijo: “Así que por sus frutos los conocerán.” El Señor hablaba de cómo podrían reconocerse a los verdaderos discípulos y también a los falsos discípulos. En los temas anteriores vimos cómo los verdaderos creyentes comienzan a serlo con un verdadero arrepentimiento, un giro de 180 grados en forma de vivir. Como dijo el Apóstol Pablo, “las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas.” La fe salvadora produce inevitablemente frutos de la nueva naturaleza.

Varios pasajes presentan el importante hecho de que la profesión cristiana es justificada por sus frutos. Bajo condiciones normales, la salvación que es de Dios se probará por los frutos que produce (Jn. 8:31; 15:6; 1 Co. 15:1-2; He. 3:6-14; Stg. 2:14-26; 2 P. 1:10; 1 Jn. 3:10). Sin embargo, no todos los cristianos en todos los tiempos manifiestan los frutos de la salvación.

Vamos a estudiar el pasaje de Mateo 7:13-20, en detalle.

“Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición (destrucción), y muchos son los que entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mat 7:13-14)

Aquí vemos dos antítesis: Una puerta angosta y una puerta ancha; y un camino angosto y un camino ancho. Ambas son metáforas que nos hablan del caminar de las personas. El camino ancho es muy fácil de caminar… uno se puede decir a sí mismo: el camino ancho no es tan malo, todo el mundo anda por él, todos hacen lo mismo. Hay personas que, aunque van a la iglesia, o incluso usan el púlpito, van por el camino ancho. Mientras, quienes van por el camino angosto encuentran que éste se vuelve cada día más angosto.

Como dice el refrán: “Tus hechos hablan tan fuerte, que no se escucha lo que dices.”

“Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. (Mat 7:15)


Jesús habla aquí sobre la existencia de ministros falsos. ¡Hay lobos entre las ovejas! Cuidémonos de ellos.

“Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? (Mat 7:16)

Las evidencias externas hablan de la experiencia interna.

“Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. “Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. (Mat 7:17-18)

El buen árbol es una forma metafórica de referirse al genuino cristiano. El árbol malo es una metáfora del que dice ser cristiano, pero no lo es. ¿Y cuáles serán los frutos malos y los frutos buenos? Pablo lo explica claramente en su carta a los Gálatas:

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. (Gal 5:19-23)

Notemos cómo todos los árboles dan fruto. Según Jesús en la Parábola del Sembrador, hay algunos que rinden fruto en diferentes cantidades: 30, 60 o hasta 100 veces. Esto nos habla de que algunos cristianos van a dar más frutos que otros.

El original para la palabra “dar” es el griego “poiéo” que significa hacer cosas, practicar. Esto nos habla de que no se trata de un “fruto invisible”, sino uno que consiste en cosas visibles, tangibles. El nacido de nuevo no puede practicar el pecado (más sobre eso abajo). El árbol malo, el falso cristiano, puede simular el fruto del bueno, pero su fruto no es genuino. Allí es donde se cumple lo que dijo Juan: “salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros” (1Jn 2:19). ¿Habrá pastores o ministros que no han nacido de nuevo? ¡Claro que sí!

“Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. “Así que, por sus frutos los conocerán. “No todo el que Me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos. (Mat 7:19-21)

Esto es serio, porque de esto depende tu eternidad. La santificación es el fruto que se espera de nosotros (Rom. 6:22).

Los que profesan ser y no son.

“Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?’ “Entonces les declararé: ‘Jamás los conocí; APARTENSE DE MI, LOS QUE PRACTICAN LA INIQUIDAD.’ (Mat 7:22-23)

Profetizamos: Aquí el Señor se refiere claramente a los que profesan ser cristianos, pero no lo son. La palabra que se usó para “profetizamos” no es la que se usa para hablar del don de profecía, sino que significa aquí “hablar el mensaje de Dios.” Es decir, hay quienes desde un púlpito hablan las palabras de Dios, pero no las viven.

Demonios: Aquí dice que los falsos maestros aún expulsan demonios, pero que no conocen a Jesús. Dejemos claro que los demonios son expulsados por el poder del nombre de Jesús, pero expulsarlos no es evidencia de la santificación del que ora. Aún Judas expulsó demonios (cuando fueron enviados de dos en dos), pero es claro que nunca fue un verdadero discípulo de Cristo.
Milagros: Por último Jesús afirma que algunos aún hicieron milagros, pero no conocieron a Jesús. ¿Un milagro garantiza que el sanado y el que oró son cristianos? ¡No! Algunas personas son engañadas porque piensan que un milagro o un prodigio pueden avalar a los involucrados, pero no es así.

Policías y Médicos Falsos

Para entenderlo mejor pensemos en el siguiente ejemplo: cualquier persona sin entrenamiento, preparación o autorización puede hacerse pasar por policía, o por médico, y ejercer el oficio falsificando un uniforme o una credencial. Muchos pueden ser engañados, otros pueden haber recibido un beneficio de ellos, algunos más pueden incluso haber sido curados, pero los falsos no dejan de serlo por ello. Aquí Jesús les dice “nunca los conocí”, al igual que el falso no podría entrar en el cuartel de policías.

2 Tim 2:19 dice que “El Señor conoce a los que son Suyos“.

Las Evidencias del Arrepentimiento

Pastor: Isaú Orellana
Domingo, 7 de junio de 2009
No. 2 - 2009

Introducción:
Pero, ¿estás dispuesto a admitir (¿quieres saber?), oh hombre vano (necio), que la fe sin obras es estéril? (Stg. 2:20).

Profesan, pero ¿serán Nacidos de Nuevo?

Hay personas que piensan que son salvas sólo por haber hecho la oración de fe en algún momento de su vida. Según la revista American Cristianity, en EE.UU. hay 305 millones de personas, de las cuales 250 millones profesan ser cristianos, pero sólo 134 millones asisten regularmente a la iglesia. ¿Cuántos serán verdaderos discípulos? ¿Cuántos viven como cristianos? Cada año se abren 1500 iglesias Evangélicas nuevas… ¡pero cierran 4000!

Los católicos piensan que por haber sido bautizados en su niñez, son salvos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo el 26% de las personas que profesan la fe Católica asisten regularmente a la iglesia.

¿Cuántos serán nacidos de nuevo?

¿Cuáles son las Evidencias de los Verdaderos Discípulos?

Veamos el texto de Santiago, comenzando en el versículo 14

¿De qué sirve, hermanos míos, si alguien dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo? (Stg. 2:14)

Recordemos que Pablo afirma en Romanos que “el hombre es justificado por la fe aparte de las obras.” Las obras son la prueba de que tu arrepentimiento fue genuino. En los siguientes versículos Santiago entra en un ejemplo.

Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento diario, y uno de ustedes les dice: “Vayan en paz, caliéntense y sáciense,” pero no les dan lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero alguien dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.” (Stg. 2:15-18)

Si entendemos estos versículos, nos damos cuenta que no hay contradicción con lo que dijo Pablo en Romanos. Si no hay pruebas, tu fe es estéril.

Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. (Stg. 2:19)

Hay muchos que tienen la fe de los demonios. Creen, al igual que los demonios, pero no practican.

Pero, ¿estás dispuesto a admitir (¿quieres saber?), oh hombre vano (necio), que la fe sin obras es estéril? (Stg. 2:20)

En la versión NVI se traduce “hombre vano” como “hombre tonto”.

¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac? Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. (Stg. 2:21-22)

¡La fe actuó! Recapitulando, nadie puede alcanzar la salvación sin creer en Cristo; pero si alguien dice que cree, debe tener obras que lo demuestren.

El Verdadero Arrepentimiento

Pastor: Isaú Orellana
Domingo, 7 de junio de 2009
No. 1 - 2009

Introducción: El Arrepentimiento no es opcional. Es un mandato de Dios. Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan (Hechos 17:30).

En hebreo se usa la palabra najam que significa “arrepentirse”. Tiene que ver con cambio de actitud en el ser humana. Cuando el hombre no “se arrepiente” de su maldad, opta por revelarse (Jer. 8:6).

En un sentido escatológico, el día en que el hombre se “arrepienta”, Dios tendrá misericordia de él (Jer. 31:19-20).

En griego se usa la palabra metanoia, pensamiento posterior, cambio de parecer, arrepentimiento. Se usa del arrepentimiento del pecado o del mal.

Jesús habla de que el verdadero arrepentimiento debe verse: “…den frutos dignos de arrepentimiento…” (Lucas 3:8).

¿Por qué cree usted que es un discípulo de Cristo (Cristiano)?
¿Por sólo decir ser cristiano, lo es? ¡No!
¿Porque va a la iglesia? ¡No!
¿Porque diezma? ¡No!
¿Por haber sido bautizado? ¡No!

El verdadero discípulo inicia con el arrepentimiento

..Jesús comenzó a predicar: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat 4:17)

“No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” (Luc. 5:32)
…si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente.” (Luc. 13:1-5)

La predicación superficial que vemos hoy en día no produce cambio verdadero. Debe haber una señal de regeneración. Somos salvos por fe, pero la fe sin obras es muerta.
Algunos citan Hechos 16.31 (Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa) y dicen que la salvación viene por el arrepentimiento. Creer NO es suficiente. Vea lo que dice Proverbios 28:13.

Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. Pero, ¿estás dispuesto a admitir (¿quieres saber), oh hombre vano (necio), que la fe sin obras es estéril? (Stg. 2:19-20).

¿Qué es usted?

1. ¿Un Politeísta?
2. ¿Un Monoteísta?*
3. ¿Un Ateista?
4. ¿Un Apologista?*

Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de ustedes, y de cómo se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, (1Tes. 1:9)

Tres Áreas que deben verse afectadas en un arrepentimiento genuino

• Emociones -Dolor del pecado…
• Intelecto -Cambio de mente (metanoia)
• Voluntad. -Cambio de vida

…pero ahora me regocijo, no de que fueron entristecidos, sino de que fueron entristecidos para arrepentimiento… Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte. (2Co 7:8-10).

LOS CAMBIOS QUE PRODUCE EL ARREPENTIMIENTO

• El arrepentimiento trae un cambio en nuestro andar
• El arrepentimiento trae un cambio en la voluntad
• El arrepentimiento trae un cambio en la conducta

Los frutos dignos de arrepentimiento se muestran de una manera práctica. Dejas de robar, de tranzar, de hacer cosas deshonestas.

Los “frutos dignos de arrepentimiento” son las señales visibles que lo que pasó en el corazón afectó mi comportamiento, mi voluntad y mi nueva manera de pensar. Tales frutos apuntan a arreglar las cosas con Dios pero también arreglarlas con los hombres.

Por eso, Juan el Bautista decía a las multitudes que acudían para que él las bautizara: “¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que vendrá? “Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento; y no comiencen a decirse a ustedes mismos: ‘Tenemos a Abraham por padre,’ porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. “El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.” Y las multitudes le preguntaban: “¿Qué, pues, haremos?”

Juan les respondía: “El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.” Vinieron también unos recaudadores de impuestos para ser bautizados, y le dijeron: “Maestro, ¿qué haremos?” “No exijan (No colecten) más de lo que se les ha ordenado,” les respondió Juan. También algunos soldados le preguntaban: “Y nosotros, ¿qué haremos?” “A nadie quiten dinero por la fuerza,” les dijo, “ni a nadie acusen falsamente, y conténtense con su salario.” (Luc. 3:7-14).

Necesitamos Poder

Hechos 4:33:

“Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos”.

La Iglesia del libro de Hechos era una Iglesia que con Gran Poder daba testimonio de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Es por eso que la Iglesia de Hechos vio tanta salvación de almas, cuerpos sanados, los oprimidos liberados, la gente siendo bautizados en el Espíritu Santo y lo milagroso continuamente. Era una Iglesia que no tenia los recursos que la Iglesia de hoy tiene, no tenían micrófonos, equipos de sonidos, grupos de música, Templos con alfombra y aire acondicionado, librerías Cristianas, libros que les enseñasen a cómo hacer Iglesia, conferencias cada mes, la televisión, radio, Internet etc. Sin todos estos recursos que la Iglesia moderna tiene en abundancia, tenían lo que desesperadamente necesitamos hoy, GRAN PODER que como resultado produjo en su medio grandes cosas.

Tristemente la Iglesia moderna se jacta en su riqueza, influencia, números, edificios, revelación etc. y en muchas formas se burla de la Iglesia primitiva y la del siglo pasado porque ellos no tenían lo que nosotros tenemos con respecto a estas cosas, cuando en realidad lo que ellos tenían fue todo lo que necesitaron para hacer la obra de Dios efectivamente. Yo alabo a Dios por todos los recursos y el avance tecnológico que la Iglesia puede aprovechar y debemos hacerlo, pero es cuando la Iglesia pone su confianza en estas cosas terrenales y reemplazamos lo Divino por lo natural que comenzamos a alejarnos de fluir con Gran Poder como la Iglesia primitiva acostumbraba.

Debemos hacer un estudio del libro de Hechos y ver como ellos ministraban con Gran Poder el Evangelio de Jesucristo. La Iglesia de hoy, necesita más que nunca en toda su historia volver a depender absolutamente del Gran Poder de Dios.

Veremos algunos puntos, evidentes en el libro de Hechos que podamos considerar, y ver cómo fue que ellos tenían Gran Poder.

1. Oración:
La Iglesia de Hechos fue una Iglesia que oraba. Tristemente, hoy, la Iglesia ya no ora como oraban nuestros antepasados. Han desaparecido los servicios donde los santos se reunían con el único propósito de orar e interceder con urgencia, así tocando el trono de Dios. Mientras he viajado a algunos lugares de Guatemala para predicar la palabra de Dios, me he dado cuenta que una de las frustraciones que los Pastores tienen, es que sus congregaciones ya no desean orar. El servicio de oración en la semana es el servicio donde viene la menor cantidad de gente. Han compartido conmigo, tenemos un concierto y la gente llena el auditorio, hacemos una producción de un drama y la gente viene en gran cantidad, hacemos una salida con almuerzo y no hay ni que anunciarlo, pero hacemos un llamado al servicio de oración y son muy pocos los que llegan. La Iglesia de Hechos y aun la Iglesia al comienzo del siglo pasado era una Iglesia que oraba, y la Iglesia de hoy urgentemente debemos regresar a la oración.

2. Unción:
La Iglesia de Hechos era una Iglesia ungida. Lo sobrenatural de Dios era evidente sobre ellos. La unción los capacitaba para hacer lo que habían sido llamados para hacer, ellos dependían totalmente en ese poder. La Iglesia de hoy depende en el entretenimiento, sus edificios, conferencias, dinero, educación, talentos humanos y la unción es puesta como una segunda prioridad. Todas estas cosas no son malas en sí mismos y debemos aprovecharlos para la expansión del reino de Dios, pero nunca podrán reemplazar la unción, nunca nos capacitaran como lo hace la unción, es la unción que pudre el yugo de maldad, es la unción que nos da la habilidad para hacer lo sobre natural y para hacerlo efectivamente. La Iglesia de hoy necesita la unción del Espíritu Santo sobre todo lo que hacemos. Leonardo Ravenhill en su libro Porque tarda el Avivamiento escribe un capítulo titulado “Sobre todo lo que buscas, busca Unción”. Esto es una poderosa declaración y tan verdad para la Iglesia de hoy.

3. Denuedo:
Estos hombres de Hechos eran hombres de denuedo, no les importaba la opinión del hombre, su única preocupación era que es lo que Dios decía acerca del tema. Predicaban con denuedo, oraban por los enfermos con denuedo, echaban fuera los demonios con denuedo, con denuedo se oponían al pecado etc. La Iglesia de hoy necesita este tipo de denuedo, ya que estamos al frente de tanta oposición, cuando tenemos denuedo el Señor por su Espíritu nos da la autoridad y nos respalda para vencer todo ataque del enemigo. Ellos no se avergonzaban del Evangelio, porque sabían que era el poder de Dios para salvación.

4. Convicciones:
La Iglesia de Hechos era una Iglesia que tenia convicciones. Ellos no eran movidos por nada, de lo que ellos habían recibido y de lo que creían. Sabían muy bien en quien habían creído y de ninguna manera iban a bajar sus convicciones por el hecho de ser relevantes o aceptados por la sociedad. Ellos se paraban en contra del pecado, la apostasía, el diablo, el espíritu de este mundo etc. Sus convicciones eran determinadas por Dios y su palabra y no por lo que el hombre decía. Hoy la Iglesia debe regresar a las convicciones que una vez teníamos. Hemos comprometido nuestras convicciones y la posición de la palabra de Dios y lo que El dice. Yo creo que una de las razones por lo cual la Iglesia de Hechos se movía con Gran Poder es porque era una Iglesia de convicciones. El sistema del mundo y su cultura han entrado en la Iglesia moderna desde el pulpito hacia abajo y es tiempo de tomar de vuelta lo que el diablo ha robado de la Iglesia.

Ellos eran también una Iglesia santa, unida, generosa, no temían el martirio, predicaban el Evangelio etc.

Era una Iglesia de Gran Poder y cuan necesario es que la Iglesia moderna regrese a estas verdades y a la vez tomar con nuestras manos lo que hemos reemplazado y ser la Iglesia que con Gran Poder testifica de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, entonces veremos y experimentaremos lo que ellos vieron y vivieron.

Necesitamos el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. Amén.