PONELE FECHA DE VENCIMIENTO A TUS SUEÑOS


Principio Nº 2

“La esperanza que se demora es tormento del corazón; pero árbol de vida es el deseo cumplido” Proverbios 13.12.

Ponele a tus sueños y proyectos fecha de vencimiento, y trabajá para verlos cumplidos.

Así como el yogur es saludable, pero vencido se vuelve perjudicial, lo mismo pasa con los sueños y los proyectos que nunca se concretan. Pasan de ser una alegría a convertirse en un tormento del corazón. Pero árbol de vida es el deseo cumplido, no la esperanza de que se cumpla. Uno no crece y se desarrolla por los sueños y proyectos que tiene, sino por los sueños y proyectos que realmente concreta.

Tu economía no crece por lo que pensás ahorrar, sino por lo que ahorrás concretamente.

Una persona no es grande por sus sueños o sus proyectos, sino por sus logros.

La mayoría se emociona con sus sueños y sus proyectos, cuando en realidad debería emocionarse por sus logros.

Matrimonios: pónganle fecha de vencimiento a los cambios que se prometen hacer mutuamente. Para que esta esperanza de cambio que hay en cada uno de ustedes no se convierta en un tormento del corazón al ver que nunca sucede. Préstale atención a este principio de la Palabra de Dios y ponele fecha de vencimiento tanto a las cosas que querés como a las que te comprometiste a hacer, para que la esperanza no se convierta en un tormento, ni para vos ni para los demás.

Recordá las cosas que querés lograr y los cambios que te comprometiste a hacer, poneles fecha de vencimiento, y trabajá activamente para su cumplimiento.

¡Bendigo tu vida con una unción de concreción, y cancelo en vos toda postergación, para que todo lo que deseas se vea cumplido en tu vida!

Aprender a vivir


Principio Nº 1


“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”. (Salmo 90.12 RV)

Con el paso del tiempo todas las personas envejecen, pero muy pocas maduran. Hay dos formas de vivir: sabiamente o neciamente, no hay término medio. Para que Dios pueda enseñarnos a vivir, tenemos que estar dispuestos a aprender. ¿Cómo llevar sabiduría a nuestra vida?

1.   Reconociendo la soberanía de Dios y buscando su dirección antes de actuar.

2.   Aplicando los principios de su Palabra en cada área de nuestra vida.

3.   Aprendiendo de los aciertos y de los errores.

4.   Rodeándonos de gente sabia.

Este es el gran desafío en la vida, desarrollar sabiduría en nuestra forma de vivir, para ser bendecidos nosotros, para que sean bendecidos aquellos que nos rodean y para poder ser de testimonio a los que Dios ponga en nuestro camino. Busque sabiduría de Dios antes de actuar y ponga en práctica los principios de su Palabra más allá de su parecer y su propia opinión.

Desarrolle humildad en su vida para convertirse en un alumno permanente, sabiendo que cuando uno deja de aprender también deja de crecer.

¡Bendigo su vida con sabiduría de parte de Dios, recordándole que si se la pide, Él se la dará abundantemente y sin reproche!

La Sanidad Es la Voluntad de Dios

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”

Isaías 53:4-5

El punto de partida para recibir la sanidad es saber que Dios lo quiere sano:

1. Comprenda que la voluntad de Dios es que usted sea sano.

Después de leer Isaías 53 nos damos cuenta que no sólo perdonó todas nuestras iniquidades sino también “sanó todas nuestras dolencias” no dejó ni siquiera un dolor de cabeza. No diga: “- Apóstol, quizás me pueda sanar de una gripe, pero no del cáncer -”. Él se llevó toda enfermedad, hasta el cáncer. Se llevó todas nuestras enfermedades y sufrió todos nuestros dolores.

Ahora sería bueno saber ¿por qué es la voluntad de Dios querer que estemos sanos? Es porque no hay otra forma de establecer Su Reino. Todo forma parte del propósito divino. Jesús vino a esta tierra a pregonar las buenas nuevas del reino de Dios. Vino a establecer el reino. Él declaró al empezar su ministerio en esta tierra lo siguiente:

“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reinode los cielos se ha acercado”.
Mateo 4:17

Es por ello que la voluntad del Padre es que seamos sanos y saludables, llenos de energía y vitalidad. Somos parte de un propósito divino. Por desconocimiento de esta verdad algunos llevan años cargando enfermedades y dolencias en sus cuerpos alegando que es una prueba del Señor. ¡NO! ¡Esto no es así! Dios no es el autor de las enfermedades. Él no iría en contra de su propósito. No está en Su naturaleza el mal. Ni tampoco como algunos otros piensan que Él permite ciertas fatalidades para enseñar a sus hijos. Esto está muy lejos de la verdad.

Vuelva a leer atentamente el versículo. ¿Para qué murió Jesús? ¿Para qué pasó por la cruz? ¿Qué obtuvo? Déjeme decírselo: su SALVACIÓN pero también su SANIDAD.

“… y por su llaga fuimos nosotros curados”.

Curado significa sanado, hecho completo, bendecido, reestablecido. El Señor Jesús en la cruz del calvario pagó el precio por la obra completa: la sanidad del ser humano tanto en el espíritu, alma como en el cuerpo. Toda esa bendición está disponible para el hombre y la mujer completamente. Esto es parte del plan divino, es la voluntad de Dios. Debe ir tomando lo que le pertenece como herencia e ir aplicando por fe a cada área de su vida lo que recibe hoy como una palabra de vida para su ser. No piense que porque usted no lo ve todavía esto quiere decir que no pueda ser suyo, porque lo suyo es lo que dice la Biblia, nada más ni nada menos. Es esencial que tome posesión de ello porque es su herencia y le corresponde. No hay nada peor que tener algo y no poseerlo nunca.

Que la obra de Cristo no sea en vano para usted. Él ya lo hizo, Él ya lo sanó. Ahora usted debe recibir por medio de la fe esta sanidad. Sí, es la voluntad del Padre que usted viva sano. Él en la cruz se llevó eso que usted dijo esta mañana que le dolía.

Él llevó nuestras enfermedades. ¿Para qué va a sufrir si ya Él se las llevó? Ciertamente lo hizo.

Diga: Yo tengo el derecho a estar saludable, fuerte y lleno de la sabiduría de Dios.
Levante los brazos y comience este proceso de sanidad confesando esta palabra: Se llevó mis enfermedades, no hay más dolor en este cuerpo. El Señor lo sufrió por mí porque me ama, me ama, me ama. Declare: “Ya estoy curado. ¡Mi cuerpo estás sano! Es el pacto de la salud, de la bendición, gracias Dios.”

Para que la voluntad del Padre fuese llevada a cabo, Jesús tuvo que morir en la cruz como nuestro sustituto y pagar por los pecados, la miseria, las enfermedades y la maldición.

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”
Romanos 8:32

Nuestro Padre es un Padre generoso, en amor nos dio todo a través de Jesús. Jesús pagó el precio del pecado para que nosotros no tuviéramos que hacerlo y pudiéramos, por medio de él, volver al propósito original (establecer el reino) y a su comunión, donde no hay falta de ningún bien, hay buena salud, vida abundante, paz y amor sobreabundante. En Él no nos falta absolutamente nada y es el deseo de nuestro Padre que esto lo vivamos aquí en la tierra y lo impartamos a los que nos rodean. Él nos eligió para extender su reino, para ser portadores de su Espíritu, manifestando su gloria y amor.

Sepa que a usted no le falta nada para ser sano. La provisión de sanidad ya fue hecha, ¿Donde? En la Cruz.

¡Recíbalo ahora por la fe en el nombre de Jesús!

Dios dice en esta escritura que nos dio a Jesucristo, ¿cómo no nos dará con él todas las cosas? Entonces, crea que lo recibe ahora. No piense que esto es para otro, ¡es para usted! No viva como un sobreviviente cuando la voluntad de Dios es su sanidad completa. Usted es digno de Jesús, usted es digno de recibir su sanidad. (Juan Crudo)


Lic. Isaú Orellana
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Escuela de desarrollo y Entrenamiento Ministerial
Evangelista, Conferencista, Pastor, Maestro.
Motivación Empressarial y laboral

CULTIVANDO EL AGRADECIMIENTO

“Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados.”
Jeremías 30:19

El agradecimiento trae a su vida lo que la queja le robó.
Lo malo no viene de Dios. Por eso no tiene sentido andar quejándose. Dios desea lo mejor para usted y ya se lo ha provisto todo. Ahora es su fe, sus actitudes y acciones las que toman o dejan lo que Dios ya le dio.
El agradecimiento es un arma poderosa. El agradecimiento es fe, el agradecimiento es amor, el agradecimiento es alabanza y exaltación.

Debemos cultivar un estilo de vida de agradecimiento; al hacerlo nos ponemos en posición de recibir más.
La actitud de gratitud nos mantiene progresando. Por ser agradecidos, Dios nos multiplicará.

¡Los días que vienen son gloriosos para los agradecidos!

Para tener una actitud de gratitud, primero debemos cambiar la manera de pensar. Si usted piensa que no tiene, que no puede, que le falta, de su corazón saldrá queja. Si usted se enfoca en las bendiciones que Dios ya le dio, en que tiene vida y vida en abundancia, en que Él es su Padre y que usted no tendrá falta de ningún bien. Si usted se enfoca en lo que hizo Jesús por usted comenzarán a fluir ríos de agradecimiento de su corazón.

No abra la boca para quejarse, para influenciar a otros para mal o amargarlos. La queja se contagia y lo deja fuera de las bendiciones, sino piense en el pueblo que murió en el desierto.

Cada vez que recibe la Palabra puede comenzar a tener pensamientos nuevos y a confiar en Dios.
Jesús frente a Lázaro no hizo 40 oraciones, días de ayuno. Sólo agradeció. Él tuvo una actitud de agradecimiento. “Algo muerto puede revivir con su agradecimiento, aunque parezca imposible”

Si usted está enfermo, no le de gracias a Dios por la enfermedad, agradézcale por la sanidad porque ¡por las llagas de Cristo, usted está sano!

Usted tiene la capacidad de ser agradecido.

Oración: Padre gracias por Tu Palabra, gracias por mi familia y todas las cosas buenas que me has dado. Gracias porque estás conmigo siempre. Contigo todo es posible, me has hecho más que vencedor. Gracias, en el nombre de Jesús. Amén.