Necesitamos Poder

Hechos 4:33:

“Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos”.

La Iglesia del libro de Hechos era una Iglesia que con Gran Poder daba testimonio de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Es por eso que la Iglesia de Hechos vio tanta salvación de almas, cuerpos sanados, los oprimidos liberados, la gente siendo bautizados en el Espíritu Santo y lo milagroso continuamente. Era una Iglesia que no tenia los recursos que la Iglesia de hoy tiene, no tenían micrófonos, equipos de sonidos, grupos de música, Templos con alfombra y aire acondicionado, librerías Cristianas, libros que les enseñasen a cómo hacer Iglesia, conferencias cada mes, la televisión, radio, Internet etc. Sin todos estos recursos que la Iglesia moderna tiene en abundancia, tenían lo que desesperadamente necesitamos hoy, GRAN PODER que como resultado produjo en su medio grandes cosas.

Tristemente la Iglesia moderna se jacta en su riqueza, influencia, números, edificios, revelación etc. y en muchas formas se burla de la Iglesia primitiva y la del siglo pasado porque ellos no tenían lo que nosotros tenemos con respecto a estas cosas, cuando en realidad lo que ellos tenían fue todo lo que necesitaron para hacer la obra de Dios efectivamente. Yo alabo a Dios por todos los recursos y el avance tecnológico que la Iglesia puede aprovechar y debemos hacerlo, pero es cuando la Iglesia pone su confianza en estas cosas terrenales y reemplazamos lo Divino por lo natural que comenzamos a alejarnos de fluir con Gran Poder como la Iglesia primitiva acostumbraba.

Debemos hacer un estudio del libro de Hechos y ver como ellos ministraban con Gran Poder el Evangelio de Jesucristo. La Iglesia de hoy, necesita más que nunca en toda su historia volver a depender absolutamente del Gran Poder de Dios.

Veremos algunos puntos, evidentes en el libro de Hechos que podamos considerar, y ver cómo fue que ellos tenían Gran Poder.

1. Oración:
La Iglesia de Hechos fue una Iglesia que oraba. Tristemente, hoy, la Iglesia ya no ora como oraban nuestros antepasados. Han desaparecido los servicios donde los santos se reunían con el único propósito de orar e interceder con urgencia, así tocando el trono de Dios. Mientras he viajado a algunos lugares de Guatemala para predicar la palabra de Dios, me he dado cuenta que una de las frustraciones que los Pastores tienen, es que sus congregaciones ya no desean orar. El servicio de oración en la semana es el servicio donde viene la menor cantidad de gente. Han compartido conmigo, tenemos un concierto y la gente llena el auditorio, hacemos una producción de un drama y la gente viene en gran cantidad, hacemos una salida con almuerzo y no hay ni que anunciarlo, pero hacemos un llamado al servicio de oración y son muy pocos los que llegan. La Iglesia de Hechos y aun la Iglesia al comienzo del siglo pasado era una Iglesia que oraba, y la Iglesia de hoy urgentemente debemos regresar a la oración.

2. Unción:
La Iglesia de Hechos era una Iglesia ungida. Lo sobrenatural de Dios era evidente sobre ellos. La unción los capacitaba para hacer lo que habían sido llamados para hacer, ellos dependían totalmente en ese poder. La Iglesia de hoy depende en el entretenimiento, sus edificios, conferencias, dinero, educación, talentos humanos y la unción es puesta como una segunda prioridad. Todas estas cosas no son malas en sí mismos y debemos aprovecharlos para la expansión del reino de Dios, pero nunca podrán reemplazar la unción, nunca nos capacitaran como lo hace la unción, es la unción que pudre el yugo de maldad, es la unción que nos da la habilidad para hacer lo sobre natural y para hacerlo efectivamente. La Iglesia de hoy necesita la unción del Espíritu Santo sobre todo lo que hacemos. Leonardo Ravenhill en su libro Porque tarda el Avivamiento escribe un capítulo titulado “Sobre todo lo que buscas, busca Unción”. Esto es una poderosa declaración y tan verdad para la Iglesia de hoy.

3. Denuedo:
Estos hombres de Hechos eran hombres de denuedo, no les importaba la opinión del hombre, su única preocupación era que es lo que Dios decía acerca del tema. Predicaban con denuedo, oraban por los enfermos con denuedo, echaban fuera los demonios con denuedo, con denuedo se oponían al pecado etc. La Iglesia de hoy necesita este tipo de denuedo, ya que estamos al frente de tanta oposición, cuando tenemos denuedo el Señor por su Espíritu nos da la autoridad y nos respalda para vencer todo ataque del enemigo. Ellos no se avergonzaban del Evangelio, porque sabían que era el poder de Dios para salvación.

4. Convicciones:
La Iglesia de Hechos era una Iglesia que tenia convicciones. Ellos no eran movidos por nada, de lo que ellos habían recibido y de lo que creían. Sabían muy bien en quien habían creído y de ninguna manera iban a bajar sus convicciones por el hecho de ser relevantes o aceptados por la sociedad. Ellos se paraban en contra del pecado, la apostasía, el diablo, el espíritu de este mundo etc. Sus convicciones eran determinadas por Dios y su palabra y no por lo que el hombre decía. Hoy la Iglesia debe regresar a las convicciones que una vez teníamos. Hemos comprometido nuestras convicciones y la posición de la palabra de Dios y lo que El dice. Yo creo que una de las razones por lo cual la Iglesia de Hechos se movía con Gran Poder es porque era una Iglesia de convicciones. El sistema del mundo y su cultura han entrado en la Iglesia moderna desde el pulpito hacia abajo y es tiempo de tomar de vuelta lo que el diablo ha robado de la Iglesia.

Ellos eran también una Iglesia santa, unida, generosa, no temían el martirio, predicaban el Evangelio etc.

Era una Iglesia de Gran Poder y cuan necesario es que la Iglesia moderna regrese a estas verdades y a la vez tomar con nuestras manos lo que hemos reemplazado y ser la Iglesia que con Gran Poder testifica de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, entonces veremos y experimentaremos lo que ellos vieron y vivieron.

Necesitamos el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. Amén.

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