PECADOS DE MUERTE


Lic. Isaú Orellana

Hoy nace una nueva sección en Sermones del domingo, titulada: RESPUESTA BIBLICA. Este espacio se pone a la disposición del público lector con el propósito de bendecir su vida, y sin la intención de entrar en discusiones necias en temas controversiales de ninguna índole. Buscamos la edificación del cuerpo de Cristo y dar la gloria a Dios en todo. Tampoco pretendemos que los lectores estén de acuerdo en todo lo que escribimos. Creemos que tienen derecho a expresarse, pues para eso existe la libre expresión del pensamiento.

Agradezco a todas las personas que diariamente envían sus preguntas a Sermones del Domingo. Reconozco que dar respuesta a cada una de ellas no es cosa fácil. Pero tampoco es imposible. Pido por favor a usted que ha enviado su pregunta que nos tenga paciencia, pues en cuanto sea posible le llegará la respuesta.

La siguiente pregunta la envía el hermano Alex de Paz, a quién con mucho gusto le respondemos.

PREGUNTA:
Según 1ª. Juan 5:16-17 ¿Cuáles son los pecados de muerte y los que no son de muerte?

“16si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. 17Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte”.

RESPUESTA:
Juan describe una situación en la cual uno de los miembros de la iglesia ve a otro miembro cometiendo lo que describe como un “pecado que no sea de muerte”. En esta situación debe interceder por su hermano, y así Dios le dará vida. Juan subraya que ésta es una posibilidad solamente en el caso de aquellos cuyo pecado no lleva a la muerte. Porque existe la posibilidad de pecados que llevan a la muerte, y él no recomienda que se interceda por estos. Luego les recuerda a sus lectores que “toda injusticia es pecado”, pero que hay una clase de pecado que no lleva a la muerte.

El problema básico aquí es el de las dos clases de pecado mencionadas por Juan. Obviamente podía dar por sentado que sus lectores sabían de qué se trataba, y por tanto no tenía necesidad de explicar lo que quería decir. Es probable, entonces, que no se refiera a algo particularmente recóndito. Podemos empezar notando que la terminología empleada aquí, “pecado que lleva a la muerte”, se encuentra en algunos escritos judíos, pero allí se refiere a pecados que llevan a la muerte física del pecador. Aunque el Nuevo Testamento conoce casos de personas que sufrieron la muerte física por sus pecados, es improbable que esto sea lo que se tiene en mente aquí. Es de presumir que en tales casos se reconocería el pecado de esta clase solamente por la grave enfermedad o la muerte real de la persona en cuestión. Pero no hay indicación de que Juan estuviera pensando en la muerte en este sentido.

Pero, ¿Qué clases de pecado pertenecen a estas dos categorías? Juan está interesado en enfocar los pecados que son incompatibles con la condición de hijo de Dios, y estos se concentran en la negación de que Jesús es el Hijo de Dios, el rehusarse a obedecer los mandamientos de Dios, amar el mundo, y el odio a los hermanos. Tales pecados son característicos de la persona que pertenece a la esfera de la oscuridad y no a la esfera de la luz. Esto nos llevaría a la conclusión de que por el pecado que lleva a la muerte Juan quiere decir los pecados que son incompatibles con la condición de hijo de Dios. La persona que consciente y deliberadamente escoge el camino que lleva a la muerte ciertamente morirá. El pecado que lleva a la muerte es el rehusar deliberadamente creer en Jesucristo, seguir los mandamientos de Dios y amar a los hermanos. Esto conduce a la muerte porque incluye el negarse deliberadamente a creer en el único que puede dar vida, Jesucristo el Hijo de Dios. Por el contrario, los pecados que no llevan a la muerte son aquéllos cometidos impensablemente y que no implican el rechazo de Dios y su medio de salvación. El pecador es vencido por la tentación contra su voluntad: todavía quiere amar a Dios y a su semejante, todavía cree en Jesucristo, todavía anhela ser librete del pecado.

Esta explicación de las dos clases de pecado que tiene Juan en mente da un sentido satisfactorio al pasaje; pero todavía deja algunos puntos que necesitan aclaración.

En el amor y liderazgo de Cristo,
Pastor, Isaú Orellana

1 comentario:

CRUZ RAMON RUIZ dijo...

Hoy le ha dado el Señor un aliento a mi vida. Bendigo el nombre de Dios. Porque ha aclaro una duda en mi corazon respecto a pecado.

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